A lo largo de mi trayectoria como entrenador muchos jugadores y equipos han pasado por mis manos, he disfrutado con ellos en la mayoría de los casos, aunque no nos engañemos también ha habido sinsabores y disgustos, pero si ponemos todo en una balanza está mas que claro que lo positivo ha superado con creces a lo negativo.
Indudablemente no tengo ahora la misma visión como entrenador que cuando empezaba, pero hay algunos factores que nunca han dejado de acompañarme como la ilusión, la motivación y especialmente la fuerza de voluntad con ella se puede llegar a todo aquello que te propongas, pero independientemente de el trabajo físico, técnico y táctico con un equipo conseguir una buena dinámica en el grupo y que todos remen en la misma dirección es lo más difícil de conseguir, cuando se consigue esa conexión-feeling entre el entrenador y el equipo estamos poniendo la primera piedra angular que nos llevará al éxito.
Ese feeling, esa conexión, se siente y se hace patente en entrenamientos y partidos, en el trato diario, se palpa en el compromiso, en la participación, en los viajes, en la convivencia, en la cancha y en todos los aspectos del juego.
Generalmente radica en un grupo de jugadores que nacen y crecen en el club, se sienten parte de él, progresan y crecen con la competición, a ellos se van uniendo a lo largo de otras temporadas otros jugadores que algunas veces son teóricamente fichajes-estrella, pero el grupo funciona por el arrastre de ese gran núcleo y los que van llegando si son inteligentes se acoplan a ellos, se unen en el compromiso y la conexión-feeling sigue in crescendo. Llegan mas triunfos, llegan mas éxitos y si nosotros como entrenadores detectamos eso, no deberíamos dejar de seguir trabajando con ellos por cualquier oferta que nos pudiera llegar, aunque a veces no se hace.
Quizás la vez en que mas sentí esa sensación de feeling y de conexión con los jugadores fue siendo entrenador en Pozoblanco (1992-96), comenzamos en tercera división y acabamos en Liga EBA cuando esa categoría era la segunda del panorama nacional tras la ACB. Ese núcleo de jugadores entre los que estaban Agustín Alcántara, Javi Sán7chez, Antonio Moreno, Javi Gómez, Chema Martín, José Manuel Aveledo, Víctor González, Manolo Camacho, Teo Puebla, etc, fueron un grupo especial y aunque se fueron agregando otros jugadores incluido el americano Lewis Geter, ellos fueron el corazón y el verdadero impulso de un equipo que se creía capaz de todo y que lo demostraba en cada minuto con su trabajo y esfuerzo, sentí ese feeling, sentí esa sensación y disfruté con ella.
Algo parecido pero en otra escala creo apreciar en el Real Madrid de Pablo Laso que en sus siete años de entrenador con el equipo blanco no deja de conseguir títulos y parabienes, la afición conecta al máximo con el equipo pero aunque llegan y se van muchos jugadores, para mí el núcleo esencial del grupo, con Felipe Reyes, Sergio Llull, Jayce Carroll, Sergio Rodríguez mientras estuvo, Gustavo Ayón, Rudy Fernández, Luka Doncic (criado en la casa), etc, son los que han formado ese núcleo esencial del que os hablo referente a la conexión-feeling que cuando florece supera todos los obstáculos, forman un grupo unido con su entrenador y demás staff técnico y son capaces de llegar cada vez mas alto.
¡Si tienes conexión-feeling con tus jugadores no olvides que tienes el oro mas preciado!
