Me gusta el baloncesto en todas sus versiones, creo que mi pasión sigue intacta a pesar de que van pasando los años uno tiene cierta edad, conozco a muchos entrenadores que les pasa lo mismo e incluso los hay mas apasionados todavía.
Tener PASIÓN por lo que hacemos a nivel personal y profesional es clave para desarrollar cualquier faceta de la vida, centrándonos en el ámbito del basket es absolutamente imprescindible para entrenar. Si como entrenador de baloncesto no tenemos esa ilusión, esas ganas, esa pasión por lo que hacemos, ¿cómo la vamos a transmitir? ¿cómo vamos a convencer a nuestros jugadores? ¿cómo nos los vamos a ganar para la causa?
La profesionalidad no se mide por la categoría que entrenas, ni por el dinero que ganas, sino por el grado de compromiso y responsabilidad que un entrenador pone en el empeño. ¿Es que un entrenador de categorías de base no puede ser profesional si programa, planifica, desarrolla, ejerce bien su trabajo, es responsable, forma chavales, hace scoutings, analiza, ejerce de psicólogo, de preparador físico, de acompañante, de gestor, etc?, lo siento, pero hay muchos de esos que son verdaderamente profesionales, aunque entrenen a cualquier equipo de colegio, de pueblo o de ciudad. He visto a muchos entrenadores de base, de formación o de cantera, dar el callo de forma absoluta con mucha más profesionalidad que muchos otros entrenadores de categorías más altas.
Estar entrenando como se suele decir "en el barro", en canchas al aire libre pasando frío y calor, bailando con la más fea y enseñando el "ABC" a muchos niños y niñas, no es nada fácil, tiene un mérito tremendo y no está pagado. Sin embargo, hay muchos sufridores al respecto, que trabajan en la mayoría de los casos de forma altruista y dan ejemplo de profesionalidad de manera constante y permanente.
La palabra pasión, "patior" en latín, significa sentir una emoción con un sentimiento muy fuerte y que hace surgir una reacción intensa que engloba el entusiasmo o deseo por algo. El término pasión, también se aplica a menudo a un vivo interés por una actividad con la que se establece una afinidad única y especial. En nuestro caso el baloncesto.
Tener PASIÓN por el baloncesto y todo lo que engloba, es quererlo, es amar entrenar, influye de manera fundamental en como inculcamos y metemos el gusanillo del baloncesto en los corazones y el alma de nuestros jugadores, es engancharlos al baloncesto como un modo de vida, es perseguir de forma constante su mejora individual, es estar ilusionado y convencido para que aúnan sus fuerzas y sean un equipo que luchen por los máximos objetivos respetando al rival, que superen retos impensables y que sean buenos deportistas tanto en la victorias como en las derrotas.
El baloncesto es pasión e ilusión y desde ellas se establecen lazos que vinculan todo lo demás, estableceremos una buena comunicación, conseguiremos una motivación adecuada, controlaremos las emociones nuestras y de nuestros jugadores para que progresen, mejoren sus capacidades al máximo de sus posibilidades, acepten retos a niveles individuales y de equipo, en definitiva que se superen, logren ser buenos jugadores y disfruten de este EDÉN que para muchos es el baloncesto.
En definitiva "SIN PASIÓN NO HAY PARAISO".