Me sigo poniendo nervioso antes de los partidos ¿y tú?

He vuelto a entrenar tras cinco años en el dique seco por motivos que no vienen al cuento, tengo 62 años y muchos partidos a mis espaldas tanto de jugador como entrenador, me sigo poniendo nervioso antes de los partidos y duermo fatal la noche posterior a los mismos.

Esto me ha venido ocurriendo siempre, ese cosquilleo en el estómago, esa mente que no para de dar vueltas, ¿que cinco inicial saco?, ¿que estrategia aplico? ¿Cómo defiendo a los jugadores referentes del rival? ¿cómo motivo a mis jugadores para que den lo mejor de si mismos? ¿que hago para mantener la máxima intensidad en el campo? ¿cómo transmito mi confianza a los jugadores para que tomen decisiones y no tengan miedo al error y al fallo? ¿cómo hago las rotaciones para que participen el máximo número de jugadores y no se debilite el potencial del equipo? ¿cómo me relaciono con los árbitros? 

Un sin fin de cosas se me vienen a la cabeza y en las horas previas al inicio de cada partido la tensión existe, otra cosa es que haya aprendido a autocontrolar mis emociones y consiga que se note poco, aunque la procesión vaya por dentro, mis jugadores deben ver en mí las ideas claras y que mis consignas les lleguen de forma directa, concisa y transparentes. Curiosamente cuando empieza el partido el nerviosismo inicial amaina porque casi sin darme cuenta me meto en el fragor del partido y el baloncesto transcurre tan rápido que intento centrarme en la toma de decisiones que para un entrenador son innumerables en cada partido, caundo el balón corre soy ya otra persona.

La tensión no es cosa únicamente de los entrenadores, he visto jugadores que tienen obligada visita al WC antes de comenzar y no son ni uno ni dos, también he visto jugadores que su ansiedad les lleva a vomitar en los instantes previos e incuso a veces en el transcurso del partido y seguramente esta situación también la habéis vivido ustedes en los partidos. Cuando detecto esto, intento gastar una broma que no suele tener que ver nada con el partido ni con el juego, para que los jugadores destensen y se distiendan antes del calentamiento y del salto entre dos.

Cuando consigo estar mas sereno está claro que voy a tomar mejores decisiones, algunas veces calentito tambien las tomo pero reconozco que no es la situación ideal. Esto mismo les pasa a los jugadores en el campo, cuando son momentos trascendentales no todos responden de la misma manera, eso lo sabéis de sobra, hay a quién no le tiembla el pulso y se juega los balones importantes del partido y hay quién se quita del medio y suelta el balón rápido a otro compañero porque no se atreve a asumir riesgos por temor al fallo o a sentirse responsable de ese último balón que te lleva al infierno o a la gloria.

Y es señores que estamos hablando ni mas ni menos del control de las emociones, y un entrenador si no es capaz de controlar sus propias emociones ¿como va a poder controlar las emociones de los otros doce jugadores?. 

Esto no es fácil ni mucho menos pero eso es lo que principalmente diferencia a los entrenadores, preparar físicamente, técnicamente y tácticamente a nuestros jugadores a lo mejor lo podemos hacer casi todos, pero manejar sus emociones, crear una buena dinámica de grupo, conocer piscológicamente y saber sacar a flote toda la fuerza mental de nuestros jugadores, que sepan elegir las mejores opciones, el momento, el cuando y el donde aplicar sus conoimientos del juego y que sean valientes, decididos y jueguen con desparpajo y sin temores no está al alcance de todos.

No me importa decirlo, yo me sigo poniendo nervioso antes de los partidos, aunque eso sí intento autocontrolarme todo lo que puedo, ¿a tí te pasa lo mismo?