Alfonso Guerrero, mis apuntes técnicos (Por Rafa Sanz, entrenador del Bball)

**Rafa Sanz actual entrenador del Bball Córdoba me remite para su publicación los siguientes apuntes técnicos, en los que ha plasmado  las ideas que aprendió del siempre recordado Alfonso Guerrero gran precursor junto a "Kiko Pastor" del baloncesto en el Colegio Salesianos de Córdoba. Es de resaltar que un entrenador del prestigio de Rafa Sanz tenga a bien transmitirnos un legado tan importante de una persona que luchó con denuedo por el baloncesto salesiano y cordobés. Muchas gracias tanto a Rafa y como a Alfonso**

Alfonso Guerrero, mis apuntes técnicos

Han pasado muchos meses desde aquel 12 de agosto del 2014. De regreso apresurado a Córdoba para asistir al entierro de Alfonso, se me ocurrió escribir sobre algunos aspectos técnicos extraídos de mi relación con él.  Yo, de una generación posterior a las que más “jugo” personal y deportivo sacó de Alfonso, pienso fue uno de los personajes más influyentes del baloncesto cordobés en su historia deportiva. Allá voy:

1.- Cuánto más agresivo, mejor. Prefería ir a buscar al rival a su campo, que cerrarse en el propio. Mejor ser valiente, que esperar a que el rival falle. Alfonso siempre quiso ser protagonista en los planteamientos de partido. Y ese protagonismo intentó trazarlo desde la agresividad (en ataque y defensa), y no desde la especulación.

2.- Jugador completo y polivalente, por encima del especialista. Había dos aspectos que quería cuidar en la formación del jugador: el pase y el tiro. Fomentaba que los jugadores tuvieran recursos en el pase (“no dos pases iguales”). Dejaba a iniciativa del jugador buscar diferentes tipos de pase (a una mano, desde bote, por detrás de la espalda, de gancho, etc). En cuanto al tiro, le resultaban fundamentales el agarre, los ángulos, el toque de dedos y muñeca en el gesto final. Luego, le empezó a obsesionar el tener diferentes recursos de finalización (perder un paso, aro pasado, etc). Consideraba muy importante que un jugador tuviera recursos técnicos en la finalización para que no fuera previsible. Para poder luchar contra el scouting rival y las trampas tácticas, su solución era: más técnica.

3.- Desplazamiento defensivo (primer paso y paso de caída). Tuve algunas conversaciones referentes a la idoneidad o no de trabajar de forma tan analítica ese aspecto defensivo. Yo le hablaba de la necesidad de encararse a un atacante desde el inicio, él me explicaba que eso podía generar malos hábitos técnicos que luego eran difíciles de “desaprender”. Eso nos daba para tratar algunos aspectos sobre metodología, tan necesarios en el ideario de cualquier técnico. Alfonso defendía el desarrollo del desplazamiento defensivo como idea primaria de la defensa 1x1 al balón. 

4.- Triples. Responder al valor psicológico de un triple con otro triple. Evolución de un mero recurso, a un medio de anotación. Recuerdo en su etapa en 2ª Nacional con La Caja de Córdoba un partido contra el filial del, entonces, Caja Ronda. Su obsesión era el decaimiento mental que en la primera vuelta había ocasionado el acierto malagueño desde el triple. Él propuso a sus jugadores contestar un triple con otro triple, por lo menos intentarlo decía. Esos gestos dotaban a sus equipos de una valentía y un nivel de confianza muy necesarios para extraer lo mejor de cada jugador.

5.- Bloqueo al que bloquea directo. Romper con el “flex clásico”. Puesto que en varios clubes de Córdoba el ataque basado en acciones de “flex offense” era norma común, Alfonso siempre me decía que no podíamos jugar todos iguales. Eso empobrecía a los jugadores, él siempre defendía la diversidad. No usaba movimientos de flex basados en acciones de bloqueos indirectos, sí que le vi hacer bloqueos indirectos al que bloqueaba directo. Eso, ahora tan común, no era norma en los inicios de los 90. Era su recurso “flex offense” contra las ayudas agresivas a su “Vicky” Alba en los bloqueos directos. Pretendía aprovecharse de esa atracción defensiva, para desmarcar al pivot y crear más líneas de pase. Yo, un poco respondón desde la cuna, le comentaba la reducción del espacio que ese movimiento a veces producía. Ahí debatíamos sobre el spacing y el timing, elementos tan vitales para el juego del baloncesto.

6.- Tándem en la zona 2-3. Vino un día al campo verde de los Salesianos con una idea novedosa para no “estandarizar” la zona 2-3. Había estado en El Ejido y eso para nosotros, que no veíamos más allá de la Torre de San Lorenzo, era Badalona. Se trata que los dos defensas adelantados, iniciaran su defensa con las normas de la defensa en tándem en una inferioridad numérica. Una muestra más de su intento por romper la norma, lo establecido. Por hacer al rival pensar.

7.- Se aprende a jugar, jugando (5x5) en cada entrenamiento. No contemplaba una sesión de entrenamiento sin 5x5. No había un mejor entreno para él que jugar un partido. Yo le conocí en una etapa final de su carrera como entrenador, desconozco muchas cosas de sus inicios. Pero el 5x5 y el tiro no faltaban en sus sesiones de entrenamiento. Y yo me pregunto, ¿cuántas cosas son más importantes? Él venía de vuelta, y sabía la esencia era: saber jugar, saber tomar decisiones, ocupar bien los espacios, y competir cada día para superarse. Eso sí, había que “meter”, y de ahí su obsesión por el tiro. ¡Bendita obsesión! Alfonso no realizaba un ejercicio de “tiralíneas” tan bonito en el papel y tan poco práctico en la cancha. Jugar cada día, y tirar cada día. Ése era la piedra angular de sus entrenos.

Amigo de sus amigos, consejero de quién le necesitó, e impulsor de una escuela baloncestística notable en Córdoba. Queden estas líneas como homenaje compartido de las enseñanzas que de él extraje. En una etapa en la que pude hablar con él y aprender. Cualquier entrenador pasa por diferentes momentos en su vida deportiva. Yo expongo las ideas que en aquel momento Alfonso defendía. Ideas baloncestísticas que perduran, igual que su recuerdo. Del que cuidan muchos de sus discípulos, que en estos días le rinden homenaje. Gracias Alfonso.

ARTICULO REMITIDO POR RAFA SANZ