viernes, 19 de septiembre de 2008

"FORMAS DE AFRONTAR LA ANSIEDAD"

**He estado haciendo una recapitulación de los artículos leídos o descargados de internet en los últimos años, la idea es hacer una especie de biblioteca digital personal de baloncesto, uno de los que mas me gustó en su momento y que ya no recuerdo de que página web lo extraí es el que les escribo a continuación y que se refiere a 4 formas de afrontar la ansiedad en los deportistas, creo que puede ser interesante para el seguidor habitual de este blog y lo voy a resctara a continuación**
"4 FORMAS DE AFRONTAR LA ANSIEDAD"
Director departamento de Psicologia del deporte del CAR Sant Cugat. Maestria en Psicológia deportiva.
EVITAR, CONTROLAR, TOLERAR Y DISFRUTAR, CUATRO FORMAS DE CONTROLAR LA ANSIEDAD
Cada vez menos, pero aún se oyen voces que recomiendan prohibir la presencia de los padres en el lugar donde está compitiendo el hijo. Muerto el perro, muerta la rabia. Pronto nos dimos cuenta (los psicólogos) que este afrontamiento caracterizado por la evitación estaba condenado al fracaso. Una vez ausentes los padres, el miedo se desplazaba a los hermanos, los jueces, los rivales y, finalmente, se generalizaban los temores al balón. Pronto descubrimos que "el problema" no estaba en estos objetos, sino en un modo general de interpretarlos. Es más, al no afrontar, sino evitar, el deportista no aprendía nada. Este afrontamiento convertía al psicólogo en un dispensador de pautas de comportamiento.
Nada de evitar, vamos a enseñar al deportista a controlar la ansiedad. Daros cuenta que, bajo este nuevo enfoque, la ansiedad sigue siendo algo negativo. Mucha, es mala; y, poca, también. Así que vamos a identificar señales que nos informen de cuando estamos desajustados (por arriba o por abajo) y a aprender técnicas de auto-control emocional para volvernos a ajustar. Para ser sinceros, la mayor parte de nuestro trabajo se desarrolla en estos términos. Y la verdad, tan mal, tampoco nos ha ido. Se superan los inconvenientes de la evitación, pero aparecen nuevas limitaciones. Los deportistas que así proceden, llegan a rendir en la medida de sus posibilidades; pero raramente lo hacen puntualmente por encima de ellas. La posibilidad de pasarse de largo, de activación, o de quedarse cortos, pende sobre ellos como espada de Damocles. Raras veces se percibe más reto que amenaza. En esta ocasión, el psicólogo es visto como un especialista en hacer tomar conciencia al deportista sobre su funcionamiento psicológico y como un dispensador de técnicas.
Existe otra forma distinta de afrontar la ansiedad, tolerarla. Se trata de saber que, tarde o temprano, aparecerá. Mejor será no resistirse a su llamada. Mejor será no hacer nada para que desaparezca; tal como vino, se irá. Si haces algo para que se vaya, le estás dando más importancia de la que merece. Si haces algo para que se vaya, entonces empiezas a tener un problema. Se trata de, a pesar de su presencia, seguir haciendo lo mismo que hubieras hecho si no hubiera aparecido. En otras palabras, solamente si te rebotas, la ansiedad constituye un problema para ti. Si te limitas a tolerar su presencia, sin conferirle más importancia de la que tiene (un elemento más en el paisaje de la competición), sin cogerle manía, entonces se convierte en un aliado para ti.
Para terminar de describir este afrontamiento, permitirme que os recuerde aquel chiste que describe la historia de un hombre que, con 45 años, aún se orinaba en la cama. Estaba al borde del suicidio, cuando un amigo le recomendó consultara un psicólogo. Pasados unos meses, se encontraron de nuevo por la calle los dos amigos. A la pregunta del amigo: " ... qué ..., ¿aún te meas en la cama ...?", nuestro protagonista respondió con contundencia: "¡Sí!. ¿Qué pasa?”.
Solamente Bob Rotella, psicólogo americano especializado en la preparación psicológica de golfistas, ha defendido públicamente este afrontamiento. Puede que otros psicólogos promuevan este estilo, simplemente constato que yo no los conozco. El rol de re-estructurador cognitivo caracteriza al profesional partidario de este enfoque.
Describamos ahora al último de los afrontamientos, el disfrutar de la presión. Aquí, cuanta más presión, mejor. La presión se convierte en algo que da sentido a la competición. Es positiva, pues te hace disfrutar sintiéndola. Es justa, pues hace que afloren los errores. Te pone a prueba. Te hace sentir vivo. Sentirla, vivirla y superarla, le dan sentido al esfuerzo que has realizado para llegar hasta aquí. Quienes afrontan la ansiedad de esta forma, disponen de pocas maneras de conseguir tal grado de excitación; por lo que competir, acaba convirtiéndose en algo casi adictivo.
Los deportistas que así compiten, rinden por encima de sus posibilidades en los momentos claves de la competición. Pocas veces, y si no hacer estadísticas, un deportista de los que disfruta la presión va a perder un desempate frente a otro que la controla o que la tolera.
Para funcionar así, creo que hacen falta un mínimo de dos elementos: la confianza en uno mismo y haberse criado en un determinado estilo de vida (que vamos a titular, para entendernos, vivir compitiendo).
Deportistas que habitualmente disfrutan bajo presión, han dejado de hacerlo (hasta el extremo de evitarla) cuando por algún motivo no se han creído preparados para competir con garantías. Todos los deportistas de esta raza que yo conozco me han confesado en alguna ocasión que para disfrutar compitiendo hay que "estar muy bien".
Hasta la fecha, me ha sido imposible enseñar a un deportista a disfrutar bajo presión. Si ya sabía, hemos aprendido a hacerlo en más situaciones. Pero si no sabía, sigue sin saber. A lo sumo, alguien que evitaba la ansiedad, ha llegado a tolerarla en alguna ocasión (no habitualmente). Lo que es más sencillo es enseñar a un deportista a controlar la ansiedad. Y creo que es por la segunda de las condiciones, vivir compitiendo. Una cosa es ir al psicólogo un ratito cada día y, otra muy distinta, vivir las 24 horas del día de una cierta manera.
La estrategia que mayores resultados me ha dado en el momento de enseñar a los deportista a afrontar la presión de una manera positiva ha sido, lo que yo denominaría, el entrenamiento en valores. Ni por instrucciones (pautas), ni por objetivos (respira profundamente para ajustarte cuando cometas errores por precipitación), por valores.
Hemos aprovechado cualquier documento, testimonio o historia relacionada con la vivencia de la presión, para ilustrar, comentar y analizar los valores positivos necesarios para disfrutar sintiendo presión. A continuación he reforzado cualquier aproximación a alguno de estos valores. El refuerzo no ha sido ni material ni afectivo, más bien ha consistido en evidenciar al deportista la relación existente entre dicho valor y la progresión, el rendimiento y otros valores que estamos buscando. En este caso, el psicólogo se torna un transmisor de valores que facilitan una aproximación positiva a la ansiedad propia de la competición.
Creo que la psicología aplicada al deporte se ha quedado en el control de la ansiedad. Soy partidario de evolucionar hacia el disfrute de la presión, pasando por la tolerancia de la misma. De lo contrario, difícilmente lograremos que nuestros deportistas compitan habitualmente por encima de su nivel. Y lo que es peor aún, de no ser así, será muy difícil que se diviertan. Que no sepamos hacerlo, eso es otra cosa ...
Pep Marí ®

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