**Como todos sabéis ayer nos dejó el Hermano Félix,
publiqué la noticia en el facebook y en el tiwtter del blog Viveelbasket, pero
pensé que el Hermano Félix merecía un artículo especial (nos
teníamos mutuo aprecio y cariño, lo conocí mejor cuando llegó a Córdoba su
último destino).
Si hay alguien que lo conoce de verdad además de sus
hermanos y compañeros Juanjo y Serafin que sé estarán muy afligidos, es Antonio
Navas Aranda que junto al Hermano Félix trabajaron codo a codo por el
baloncesto con muchos niños de Priego que hoy día son mayores y que llevan
transmitido ese basket en sus genes de una forma especial, por eso he tenido el
atrevimiento y la osadía de pedir a Antonio Navas que escribiera algo sobre el
hermano Félix y la verdad es que es precioso lo que dice de él, sin duda todo
mas que merecido. Lean ustedes el escrito de Antonio Navas un homenaje a este
educador religioso y ejemplar, a mi me emociona. Gracias Antonio**:
“Me ca ….” (Homenaje a Hermano Felix Garcia)
Ayer, a las 11.45, mi
móvil empezó a echar humo. Cientos de mensajes, washap, llamadas, audios de
voz… Todas eran para preguntar por ti Hermano Felix.
Pocos conocíamos tu enfermedad. Quisiste llevarla en
silencio, en un segundo plano, como todo lo que hacías. Nunca quisiste ser tu
el protagonista, siempre en la fila de atrás. Pero sin duda el mas importante
de todos. Y eso lo sabíamos los que te rodeábamos.
En un mundo donde todos se quieren poner medallas, fuiste un
ejemplo de prudencia. Eso si, y de trabajo a la sombra. Tu eras el que pintabas
los patios; el que hacías las redes de las canastas (todas impecables); el que
limpiaba los tableros, el que barrías y fregabas los vestuarios al final del
partido; el que lavaba las equipaciones; el que madrugabas para secar los
campos…. Eso es PASIÓN hacia el baloncesto, y no lo que hoy en día predican
algunos entrenadores de medio pelo.
Nunca dejabas nada para los demás, nunca faltaba un acta,
una señal, una mesa, una equipación, un balón,
un protector de canasta, unas botellas de agua para árbitros y
auxiliares. Ese es tu gran legado, el trabajar para los demás sin pedir nada a
cambio. Y ayer acabaste con la batería de mi móvil, y acabaste porque la gente
que veía lo que hacías te quería, y no daba crédito a que nos dejaras. Seguiste
sembrando amor hasta en la muerte.
No puedo hablar de primera mano, cómo eras en la docencia,
ya que cuando me diste clase era tan pequeño que apenas tengo recuerdos. Pero
si vi en todos los alumnos que tuviste y que después pude entrenar una enorme
admiración hacía ti. Es más no tenias ni mote, y eso es señal de respeto del
alumnado jeje. Todos te querían en sus clases, todos te admiraban. Nunca
escuché una mala palabra hacia ti, claro que eso era recíproco, porque no
conozco tampoco un mal gesto tuyo hacia nadie, ni siquiera hacia un mal
arbitraje. Todo era compresión y nobleza.
En el tema deportivo que puedo decir que la gente no sepa.
Fuiste y serás, porque tu legado ahí queda, un ejemplo de humildad, saber
estar, dedicación y trabajo para padres, jugadores y entrenadores. Tal fue tu
labor que en el año 2006, a propuesta de Jose Luis Gómez y bajo la presidencia
de Rafael Rojano, te impusieron la insignia de la FAB. Por supuesto tuvimos que
engañarte para que fueras al acto, porque si lo sabes no acudes.
Hice contigo miles de km, podría escribir un libro de
anécdotas que nos han pasado, de vivencias compartidas, de risas y preocupaciones,
de victorias y derrotas. Por recordar alguna, que seguro que saben todos tus
jugadores podríamos nombrar los viajes a Peñarroya. Tal era tu obsesión por
llegar pronto al partido que varias veces teníamos que desayunar en la
gasolinera del pueblo porque llegábamos antes de las 8 de la mañana (el primer
partido era a la 10), pero había que estar preparados. Recuerdo también
multitud de cosas que nos han pasado en los sectores. Tu solo iba a sector
mini, que es el que te gustaba. Seguramente por eso me hiciste un enamorado de
esa categoría. Te veías todos los partidos de todos los equipos. Cuando llegaba
un final apretado decías … ganan los del pueblo, porque esos chicos son mas vivos
que los de la capital… y nunca te equivocabas. Y sin duda una de las mejore,
cuando por primera vez nos invitaron al Torneo de Navidad de Maristas Córdoba,
y le ganamos al equipo local. Comencé a buscar el acta, y te ví corriendo con
el acta rosa, sin mediar palabra para enseñárselo al Hermano Serafín tu gran
rival, y amigo en las canchas. No podías estar mas orgulloso y yo no podía reir
mas.
No quiero cansar al lector, porque estaría hablando de ti
mucho tiempo. Solo aclarar el título del escrito. Todos los que pasaron por sus
manos saben lo que es el “me ca”. Pues bien, esa es la expresión más fuerte que
le he oído decir al Hermano Felix en toda su vida. “Me Ca… esa canasta”, “me
ca… ese rebote”, “me ca.. ese niño”. Ni en sus peores momentos ha pasado de
ahí.
Lo que no me queda la más mínima duda es que nadie, nadie se
olvidará de ti nunca, y eso son los valores que has dejado muy vivos en la
sociedad prieguense. Ahora tus jugadores son médicos, ingenieros, maestros,
abogados, jueces… y todos ellos llevan tu esencia.
DEP MAESTRO, HERMANO!!
P.D.
Quiero agradecer a Eduardo Burgos su mensaje de ayer animándome a escribir algo
sobre el Hermano Felix. En momentos de dolor reconforta hablar sobre personas
que admiras. Felix siempre tuvo un cariño especial hacia Eduardo, era un lector
de su blog y siempre que lo veía no le faltaba un reconocimiento hacia su
labor. Se ve que el gen educativo fluye por las venas de los dos y los dos van
dejando huella por donde pasan.
Escrito por Antonio Navas Aranda en homenaje al Hermano Félix (pocos lo conocían tan bien)
Conocí al hermano Felix como alumno Maristas de Málaga. Fui jugador de Balonmano durante muchos años y sí que me quedó con la importancia que supo dar al deporte en la educación de todos aquellos que formamos la familia Maristas. Era un hombre vocacional, conocedor del impacto del deporte en la juventud. Mi más sentido pésame.
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