LA ILUSIÓN QUE CONDENA (Por Borja García)

Todo tiene su fin. Así era el título de la canción de "Los Módulos’"cuando decidieron formar parte de la historia de la música y que posteriormente varios grupos decidieron hacer sus propias versiones.
Hoy he amanecido con ganas de pegar un grito y con un rostro poco amigable. Quizás nadie sentía que ayer le llegara la hora al DKV Jerez pero así fue. Un gusanillo que permanecía dormido en cada uno de los corazones de la afición pero que deseaban que despertara con un ascenso. Ahora todo acabó, algunos dejarán sus mochilas en sus casas para no volver a un Palacio que ha respirado baloncesto de verdad mientras otros llevaban sus mascarillas para evitar el oxígeno de este deporte que ha mantenido vivo a un equipo y a un entrenador durante tres años en esta ciudad. La ilusión ha condenado a este grupo, y es que son muy pocos los que han sabido palpar con todos los sentidos de su cuerpo las sensaciones de este gran grupo humano que ayer se quebró tras el pitido final en la cancha y donde los sueños de un ascenso de categoría se esfumaron.
Recuerdos ingratos ahora pasan por la cabeza de muchos pero que llegan demasiado tarde cuando este equipo ha vivido el abandono y unas penurias económicas que deberían haber tenido una respuesta. Demasiado aguante han tenido los pupilos de Toa Paterna y por supuesto el propio malagueño que ha dejado una semilla de amor por el baloncesto en esta ciudad pero que muy pocos han sabido valorar.

Fútbol, baloncesto, tenis, parece que todo lo que promete ser interesante en esta ciudad acaba por esfumarse y cuando más se necesita un apoyo no hay nadie que mande una señal. Parece que los que se dedican a la bonita profesión del deporte deben tener una cláusula en sus contratos que ponga: "Ojo, toca aguantar insolencias", y es que esta ha sido la pura realidad del baloncesto en Jerez. Un equipo que lo ha dado todo, una institución, unos jugadores y un entrenador que se ha dejado el alma sintiendo poco a poco llegar una muerte inmerecida e injusta.
Qué títeres tan ridículos somos y que vulgar es el escenario en el que bailamos, con esta sensación despertaremos los que hemos apostado por un equipo que se ha dejado la piel en cada partido, donde la humildad y las personas están por encima de todo. Hoy muchos quizás duerman ya tranquilos pero la historia es algo que siempre se repite y nadie olvidará a un equipo de héroes que se merecen todo el agradecimiento de una ciudad a la que han llevado por cada frontera del país durante todos los años de su competición.
Muchas gracias: Diego, Medina, Chanca, Nieto, Jiménez, Torres, López, Valderrama, Cabral, Marín, Rodríguez y por supuesto a un profeta llamado Toa Paterna que ha hecho del baloncesto en esta ciudad un motivo por lo que luchar y convertir el amor propio de unos jugadores en una ilusión que les ha mantenido vivos hasta el último momento pero que finalmente ha condenado no sólo a un equipo sino a toda una ciudad a la que se le presentó una bonita alternativa para convertirla en un lugar donde los sueños se pueden cumplir.

AUTOR: Borja García Tejero