Victoria y recuerdo a la familia Reyes

Mucho dolor sobre el parquet del Palacio de los Deportes de Murcia. Miradas perdidas, rostros que delataban una tristeza infinita. Las piernas corrían frente a Australia pero el pensamiento de todos los jugadores españoles estaba junto a Felipe, junto a la familia Reyes. Scariolo y el equipo técnico daban instrucciones pero eran conscientes que esa noche de agosto la Selección estaba de duelo. Por respeto profesional España no sólo jugó sino que lo hizo con la máxima intensidad posible, por homenaje a Don Alfonso, ese fiel acompañante que como todo padre de jugador había vivido desde la discreción y el respeto todos y cada uno de los momentos especiales del equipo nacional, desde hacía dos décadas, con Alfonso primero, con Felipe después. Sí, ese partido era por él, para él. Por el recuerdo a uno de los miembros de la Familia porque esta Selección ha vivido momentos de todo tipo, la mayoría agradables, pero en esta ocasión la vida, la muerte, tenía reservado el momento que nadie jamás desea y, como todas las familias, se unía todavía más en el dolor.

PABELLÓN INUDADO DE EMOCIÓN

Ausente Felipe Reyes, ausentes también Juan Carlos Navarro, el capitán, y Sergio Llull, el compañero y amigo, que estuvieron ambos en el entierro de Don Alfonso Reyes. Ellos dos, físicamente junto a la familia Reyes y el resto mentalmente también pero a la vez peleando por cada balón, por cada acción a la que obligaba una competitiva selección australiana con Mills, Barlow, Nielsen o Ingles dispuestos a adueñarse del partido. Y durante esos primeros minutos y todavía bajo el efecto de un minuto de silencio que inundó de emoción el pabellón, España se quedaba paralizada y firmaba sólo 10 puntos en el primer cuarto. El esfuerzo defensivo impedía que Australia tomará más ventaja que un par puntos para, recuperando sensaciones de la mano de Pau, de Ibaka, de Ricky, con Sada de escolta, ver como España daba la vuelta en el marcador y tomaba cierta ventaja.

AUTOMATISMOS ADQUIRIDOS

No era el mejor día para sacar conclusiones y sin embargo España demostró haber adquirido ya unos automatismos que le permitió sacar adelante muchas situaciones e incluso disfrutar de momentos brillantes. Ibaka, en los minutos que estuvo en pista, dejó claro que se convierte en una pareja ideal para cualquiera de los dos hermanos Gasol por su inagotable capacidad de trabajo. Ya sin Carlos Suárez, último descarte, la pareja Rudy Fernández y San Emeterio – brillante partido - mostró equilibrio en el perímetro. Ambos pueden actuar indistintamente de escolta o alero y no demuestran demasiados problemas físicos para emparejarse a “treses” potentes. Ricky y el propio Rudy se mostraron muy recuperados de sus respectivas lesiones. Al descanso, 30-25.

LOS MEJORES MINUTOS

Tras un inicio de segunda parte contagiados por el correcalles propuesto por Australia nuestra selección se entonó firmando los mejores minutos del partido y seguramente de la preparación. Pau Gasol soberbio y, una vez disfrutando de un merecido descanso, exhibición de Marc y ambos en perfecta sintonía con un Calderón que entendía como nadie sus continuaciones. San Emeterio, Sada – impresionante potencia -, Ricky, Rudy, Claver… todos se unían en unos minutos de juego alegre, vistoso. A un ritmo tan alto como el propuesto por el rival pero dotado de mucha más calidad. España conseguía distanciarse en el marcador por encima de los 10 y de ahí con Ibaka y Ricky formando una pareja letal, viajo hasta los 20 de diferencia y lo que es más importante, se sentía a gusto sobre la pista. Incluso Scariolo se permitía probar algunos instantes de defensa zonal y en medio de un ambiente extraordinario en las gradas nuestra selección rompía definitivamente el partido.

FUENTE: FEB (Miguel Panadés)