Para despedir el año voy a hablar sobre cuestiones arbitrales, miedo me da porque no querría herir susceptibilidades pero está claro que el arbitraje es un componente esencial en el baloncesto y lógicamente en mis andanzas con el basket no lo puedo dejar a un lado, me han pasado muchas anécdotas y creo que como mínimo es obligada una referencia al mismo.
Antes que nada me gustaría reflejar mi mas absoluto respeto por la figura del árbitro, no hay nada mas que ponerse a arbitrar una pachanguita para darnos cuenta lo difícil que es arbitrar. Sin embargo también tengo que deciros que durante dos años fui árbitro de baloncesto y por tanto hablo con con fundamento y creo que también en algunos aspectos tendré algo de razón.
Para ser árbitro hay que ser de una pasta especial, aguantar las protestas de entrenadores jugadores, etc, tiene lo suyo, si a ello unimos las protestas de padres/madres y aficionados en general, algunas críticas de los medios informativos (cuando se dan), etc, hay que digerir un "cóctel" muy poco agradable en ocasiones.
Recuerdo que siendo yo árbitro, cuando estaba pitando un partido de categoría femenina en el Polideportivo del Sector Sur, un espectador (después supe que era el novio de una jugadora) no dejaba de insultarme (no voy a decir aquí los improperios), llegó un momento que me tenía aburrido y en un momento dado paré el partido y dije que hasta que ese señor no abandonara la instalación no proseguía el partido (en aquél entonces había una norma que lo permitía, no sé si dicha norma sigue en vigor), se armó la de "San Quintin", porque el individuo no se quería ir, estuvo el partido parado mas de veinte minutos, tuvo que intervenir hasta la policia nacional, al final me salí con la mía, pero tras el partido dejé el arbitraje porque entendí que yo era demasiado rígido para arbitrar y no tenía el temple necesario.
En cierta ocasión siendo yo entrenador de Maristas en uno de sus equipos municipales, me pasaron dos anécdotas muy curiosas con un árbitro nobel (según me comentó después era su primer partido), la primera es que al llegar a las instalaciones del colegio donde íbamos a jugar (voy a omitir su nombre), las puertas estaban cerradas y yo ví a un chaval dentro y le pregunté por dónde había entrado, entonces me dijo yo soy el árbitro y he saltado por aquél rincón que está mas bajo, saltad ustedes también, lógicamente me negué a que mis chavales saltaran, a los pocos minutos llegó el profesor encargado de abrir las puertas y entonces fue cuando entramos. Con este mismo árbitro cuando iba a comenzar el partido y nos disponíamos a hacer el salto entre dos, llamó a los capitanes y les dijo que iba a echar una moneda a cara cruz y que el que ganara eligiera campo o sacar con el balón (así como lo cuento fue aunque estéis alucinando). Este árbitro que estuvo muchos años posteriormente arbitrando llegó a ser uno de los mejores de Córdoba, actualmente está retirado.
Me han pasado muchas mas cosas graciosas, una vez en un partido de segunda división nacional un árbitro vinos a pedirnos un pantalón de chandal de algún jugador porque el suyo lo había dejado olvidado.
Respecto a mi persona tengo que reconocer que mi relación con los árbitros ha ido mejorando con el tiempo, en mis tiempos de jugador fui demasiado protestón (sin ser incorrecto), como entrenador al principio era mas trasto, después quizás fui madurando y entendí mucho mejor la importante labor de los árbitros.
En cierta ocasión cometí un error tonto y me expulsaron del campo tras pitarme una técnica por una protesta casi sin importancia, pero le dije al árbitro la frase "No seas pistolero" y se lo tomó horrible pìtándome de inmediato la segunda técnica y expulsándome, mi frase iba en el sentido de que había sido demasiado rápido en desenfundar (pitar la técnica), queriéndole decir que tuviera mas calma y dejase enfriar los ánimos, tengo que reconocer que mi frase no fue nada afortunada.
Otra cosa que me pasó y que me sentó como un tiro en su momento luego posteriormente me lo tomé a risa, es que antes de empezar un partido y cuando los chavales estaban calentando un árbitro jovencito me llamó para decirme si yo no sabía que las camisetas debían de ir por dentro (porque algunos chavales mios las llevaban por fuera), de eso hace unos diez años (yo llevaba casi 30 de entrenador) y que antes de empezar un partido un árbitro casi imberbe se dirija a tí en esos términos no me pareció normal (aunque la norma esta escrita así, hay muchas maneras de llamar la atención).
Siempre hemos oido hablar de injusticias arbitrales y eso es tremendamente subjetivo, a lo largo de mi carrera no creo que haya habido casi ninguna, como en botica siempre hay de todo, también hay entrenadores buenos, malos y regulares, pero en la mayoría de los casos no puedo quejarme de la labor arbitral.
Lo que siempre le he pedido a un arbitro, es que siga el misma criterio para uno y otro equipo, si se equivoca que se equivoque para los dos pero no en un sólo sentido, si alguna vez he perdido la compostura en un banquillo ha sido precisamente por eso, por notar o creer advertir una distinta vara de medir para arbitrar, eso si me desconcertaba totalmente.
Tampoco me gusta demasiado apreciar como en algunos casos se sigue la tendecia de igualar el número de faltas (no creo que eso tenga por qué ser así), o que le piten mas faltas a un equipo por el hecho de que sea el visitante y algunas ocasiones en el que se le pìtan mas faltas al que va por delante (aunque no las haga) o al equipo que en ese momento lleva menos personales.
Para finalizar y por encima de estas anécdotas y comentarios tengo que decir que yo creo en a figura del árbitro, en su honradez, en su preparación y en su capacitación. Además ¡coño! que en Andalucía y en España tenemos muy buenos, y en Córdoba (mi provincia) también. No tenemos sino mirar a la ACB y da gusto ver la cantidad de árbitros andaluces que hay: Antonio Conde, José Ramón García Ortiz, Pérez Pérez, Daniel Hierrezuelo, Benjamin Jiménez, etc.
También comentar el agradecimiento a árbitros que de alguna manera u otra han colaborado con el Blog Viveelbasket como Jorge Muñoz, Sergio Córdoba, Fernando Lianes, Emilio Guerrero, etc, todos personas comprometidas con el mundo del arbitraje y de su pedagogía, luchando por hacer llegar la mayor explicación posible de las Reglas de Juego y su aplicación, por las relaciones con entrenadores y jugadores, etc. No puedo sino felicitarlos por su preocupación y dedicación a la ardua tarea del arbitraje.
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