EL BALONCESTO QUE NOS ESPERA (Por Jose Carlos León Fernández)

**Una de las plumas mas significativas del baloncesto cordobés es Jose Carlos León Fernández, con su título de licenciado (podría ser profesor de cualquier IES), tiene un verbo fácil pero lo mas importante es que conoce el baloncesto, es árbitro federado de vocación y lo compagina con su labor de periodista en El Día de Córdoba.

En este medio nos deleita con sus artículos y forma un perfecto tándem con su Redactor-Jefe Paco Merino (otro gran periodista proveniente del mundo del baloncesto).

Jose Carlos me ha enviado su opinión sobre la pregunta que hicimos en el último debate propuesto en el blog, ¿hacía donde caminará el baloncesto?, es una de las opiniones que mas me han gustado (por no decir la que mas), por ello os la trasncribo textualmente**:

EL CAMINO DEL BALONCESTO

No me gusta ninguno de los caminos que está tomando el baloncesto. Ni en la pista ni en la organización.
En la cancha, el juego es cada vez más previsible, más físico y menos técnico. El baloncesto se acerca a pasos agigantados al atleticismo, olvidando por momentos que a esto se juega con una pelota.

El talento individual, los fundamentos y la inteligencia en la pista están quedando en un segundo plano en favor del músculo. Los jugadores son atletas que juegan al baloncesto, y eso hace precisamente que cualquiera que sepa botar la pelota y, como decíais muchos de la antigua escuela, fabricarse su propio tiro, sea considerado una estrella.

¿Habéis visto algún video antiguo últimamente? Recuerdo que Fernando Martín era una bestia física, y al verlo hoy no pasaría de ser un tirillas. En mi humilde opinión, el gimnasio, que comenzó siendo un instrumento para mejorar la forma física, se ha cargado el baloncesto.
Siendo joven, echo de menos el baloncesto de hace 20 años, la España del contraataque de principios de los 80, aquella Yugoslavia plagada de talento, la URSS de Seúl 88, la Jugoplastika de comienzos de los 90... Si empiezo no paro.
Voy más allá. Incluso reconociendo la cantidad de variantes que ofrece y la riqueza de opciones que permite, sospecho de la polivalencia, un recurso que en muchas ocasiones se utiliza para tapar las carencias. Cuando a un jugador se le cuelga el cartel de polivalente me huele a pufo, al típico aprendiz de todo y maestrillo de nada.

Por supuesto que hay grandes excepciones, pero prefieron un base clásico tipo Corbalán y Solozábal, absolutos dominadores del tempo del partido, tiradores en los que confiar como Epi y pívots dominantes en la zona.

Soy un enamorado de los números impares (a saber, 1, 3 y 5) y quizás por eso me dan mala espina los falsos pívots o esos "doses" sin dominio del balón ni capacidad de decisión.
Hoy los equipos son calculadoras en las que el talento individual apenas tiene espacio, reinos de los entrenadores estrella en los que los sistemas se llevan a la práctica como una religión, corsés para la libertad del jugador. Francamente, me aburro en el 90% de los partidos.
En cuanto a la organización, está claro que la economía ha marcado -y marcará, ahora más que nunca- las diferencias, pero no se puede permitir lo que pasa en España, donde los equipos juegan en la categoría que pueden pagar, desde la ACB hasta Primera Andaluza.
Podría seguir, pero creo que otros muchos darán una opinión mucho más fiable que la de este pobre nostálgico. Un saludo

Autor: JOSE CARLOS LEÓN FERNÁNDEZ