Derrota inapelable del Milar ante un excelente Mariscos Antón Cortegada

Un desconocido Milar Córdoba Baloncesto Femenino sufre una contundente e inapelable derrota por (42-70), ante un Mariscos Antón Cortegada que lo bordó y que dominó todos los aspectos del juego durante los cuarenta minutos.

Para mí resulta difícil entender la posición que ocupa en la tabla clasificatoria del equipo de Villagarcia de Arousa de Pontevedra, es muy difícil de comprender como el equipo que entrena Javier Nogueiras solo lleve cuatro victorias, ha sido de largo el mejor equipo que ha pasado por Córdoba, tiene altura, una conductora del juego como Sara Gómez de muchos quilates, buen rebote, buenas tiradoras, sabe lo que propone, defiende muy bien de foma colectiva y controla en todo momento el ritmo de juego. 

Desde el salto inicial y tras dos minutos sin moverse el marcador, pronto se notó que las gallegas iban a por todas, saliendo con la lección aprendida de controlar y cerrar los espacios bajo tableros para cerrar la productividad de la dupla Zsofia Licskai-Aya Traoré. El entrenador gallego dejó en el banquillo de inicio a la pívot keniata Mercy Wanyama y puso en su lugar con la clara misión de defender a la senegalesa Aya Traoré a la joven y corpulenta Andrea Rios, siendo la eslovaca Tereza Sedlakova la la que defendía a la húngara Zsofia Licskai.

El planteamiento inicial de Antonio Quintero a nivel defensivo, partía de la asignación como perro de presa de Sara Gómez a la cordobesa, salió con dos bases e intentaban que la base gallega no acaparara el balón orientánda hacia la banda en su poder para hacerle traps (2c1) o que soltara el balón dirigendo  los ataques pontevedresas otra jugadora. En los bloqueos directos negando el centro (DEFENSA BLUE) y llevándola también a la banda o línea de fondo.

Pronto se vió que la defensa del Mariscos Antón Cortegada era muy eficiente y causaba estragos en Milar Córdoba, no era una defensa demasiado agresiva, daban distancia dejando flotar, pero sabian defender muy bien las líneas de pase y los balones interiores, colapsaban la zona, cerraban los espacios a las interiores cordobesas, saltaban muy bien a las penetraciones del equipo local, se hacian buenas rotaciones y dominaban el rebote. Con todas estas premisas, estaba claro que su defensa a la postre seria determinante en el desarrollo del partido.

Dejar al equipo cordobés en 42 puntos no está al alcance de cualquiera, especialmente en los tres primeros cuartos en el que Milar Córdoba naufragaba en ataque (para mí por mérito del rival), estrellándose una y otra vez ante la defensa pontevedresa. Basta observar el desenlace de los tres primeros cuartos para tomar certeza del poderío defensivo del equipo visitante: (5-11), (9-20) y (6-17).

Pero además las gallegas no jugaban bien solo en defensa, también lo hacian en ataque (posicional y en movimiento), con varias llegadas en superioridad ofensiva ante algunos balances defensivos deficientes, moviendo el balón con mucho criterio desde la sapiencia de Sara Gómez, desde una buena ocupación de espacios y una buena circulación de balón buscaban una y otra vez las cosquillas al equipo cordobés. Sus ataques posicionales que generalmente se iniciaban con una formación en cuernos (HORNS), se fundamentaban en el buen uso y combinación del pase mano a a mano con los bloqueos directos y continuaciones (HAND SCREEN). 

El equipo de Antonio Quintero lo intentó todo intentando variar su defensa con una mixta "Caja y uno"  (BOX AND ONE) en el inicio del tercer cuarto, con Ana Rodríguez sobre Sara Gómez pero sin surtir efecto, las chicas de Javier Nogueiras cada vez se crecian mas y la fé en sus posibilidades se agigantaba saliéndoles en ataque casi todo y cuando no le salian cogian los rebotes ofensivos, poco a poco la resistencia del Milar se fue minando hasta el resultado final (42-70).

Hay partidos que hay que olvidar y no martirizase con ellos, este creo que era uno de esos días que aun equipo le sale todo y a otro nada. Para uno se cumple el guión preestablecido y para el otro todo lo contrario y es que cuando un equipo domina todas las facetas de juego, solo queda felicitarle, corregir errores y resarcirse con el partido siguiente, es lo que da el deporte ya que cada semana te da la oportunidad de levantarte. 

El equipo del Mariscos Antón Cortegada que solo se presentó con ocho jugadoras por las bajas a última hora por COVID de Cristina Loureiro y Zeltia Presas, dio una gran lección de jugar en equipo, de defender colectivamente (con buena comunicación y ayudas), compartiendo el balón y dando un pase más cada vez que era necesario. Además del buen partido de Sara Gómez (por su inteligencia, saber estar y muchos intangibles, con varias asistencias de calidad aunque no se reflejan en las estadísticas oficiales y llevando el partido al ritmo que a su equipo mas le interesaba), gran aportación del tridente Nuria Choren (14 puntos, 4/6 en triples), la eslovaca Tereza Sedlakova (16 puntos, 6 rebotes y 18 de valoración) y la keniata Mercy Wanyama (18 puntos, 10 rebotes y 18 de valoración), con buena aportación también de la joven pivot Andrea Rios especialmente por su trabjo de intendencia en defensa, rebotes e intimidación.  

En el equipo del Milar Córdoba, la mayoría de sus jugadoras estuvieron por debajo de su nivel habitual, pero no se puede reprochar nada a ninguna ya que aunque no estufieron finas ni en ataque ni en defensa tuvieron buena actitud en toda momento y lo intentaron todo, aunque teniéndose que rendir a la evidencia de un rival superior. Zsofia Licskai y Natalia López (que terminó lesionada), fueron sus jugadoras mas valoradas, destacar el carácter luchador y el esfuerzo constante de Ana Rodríguez, Marta Martínez y María Castro.

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