1) No siempre estamos acertados
A veces nos mortificamos con una decisión mal tomada. Es necesario que tengamos en cuenta que los entrenadores como personas que somos, tenemos dias buenos y también días no tan buenos por no decir malos, a veces metemos la pata como todo hijo de vecino. Hay partidos en los que dirigiendo desde el banquillo tenemos una clarividencia total y tomamos excelentes decisiones, pero también hay ocasiones que no hacemos buenas lecturas de lo que está pasando en el campo o simplemente no sabemos elegir las soluciones idóneas a lo que nos plantea el equipo rival.
Debemos ser consciente de esto, tenerlo en cuenta y tratar de mejorarlo. Lo importante es que si ponemos en una balanza nuestras decisiones, el número de aciertos siempre estén por encima o muy por encima del número de errores.
2) No aprendemos a autocontrolarnos adecuadamente
Todos los entrenadores pasamos y tenemos nuestros estados de ánimo, nos puede afectar lo externo (familia, entorno, etc) y lo interno (jugadores, directiva, rivales, árbitros, etc). Si estamos nerviosos seguramente no actuaremos con el suficiente temple para acometer las situaciones que puedan surgir, por eso aprender a tener un cierto nivel de autocontrol es imprescindible para ejercer nuestro cometido de la mejor manera posible. Si encima estamos dirigiendo un partido, ese autocontrol debe ser si cabe mas exigente y necesario.
3) No siempre tenemos paciencia y actuamos demasiado en caliente
En ocasiones casi sin pensarlo tomamos ocasiones en caliente de las que después nos arrepentimos, nos falta seremidad para contar hasta diez o hasta cien, analizar en profundidad la situación y buscar la respuesta mas en frio, con lo cual con toda seguridad seremos mas objetivos. A mí por mi carácter me ha pasado en algunas ocasiones y luego me he arrepentido, teniendo incluso que pedir perdón a pesar de tener razón en el fondo pero haberla perdido por mis formas.
4) El miedo a perder suele condicionarnos
En el deporte se puede ganar y se puede perder, por eso hay que aprender a saber relativizar las victorias y las derrotas. Ni somos tan buenos cuando siempre ganamos, ni somos tan malos cuando perdemos, ni tenemos que estar eufóricos cuando todo nos ruede bien, ni tenemos que estar por los suelos cuando todo nos salga mal.
No deberíamos tener miedo a poder perder, eso forma parte del juego, sin embargo aunque lo sabemos, en ocasiones eso nos condiciona y ese temor que se mete en el subconsciente no nos ayuda casi nada. Lo verdaderamente importante, debería ser tener nuestra conciencia tranquila por nuestro trabajo diario y por saber lo que ofrecemos a los jugadores y al equipo, lo fundamental es que abonemos y dejemos bien sembrado el camino, ese es el verdadero valor de ser entrenador, lo que dejas detrás cuando te vas de un equipo.
No obstante es cierto que como está montado el deporte actual y mas en profesionales, si no ganas vas a la calle, tanto ganas tanto vales y eso siempre ronda se quiera o no se quiera por la cabeza del entrenador.
5) No siempre somos justos con nuestros jugadores
Lo peor que nos puede pasar es que no seamos justos, es decir que no tratemos a todos nuestros jugadores por igual y eso pasa tanto en categorías de base como profesionales. No a todos los elogiamos igual, no a todos perdonamos los mismos fallos, abroncamos de forma fácil al mas débil y con los mas fuertes no somos capaces, no repartimos los minutos según merecimientos, al jugador "estrella" se le trata con mayor preferencia, a unos jugadores al menor fallo los sentamos en el banquillo y a otros no, lo que es peor con unos hablamos mucho y con otros nada o casi nada y eso el jugador lo capta, pierde confianza en nosotros y cuando lo necesitemos de verdad a lo mejor no lo encontramos como pretendiamos.
6) No damos la suficiente confianza a nuestros jugadores
El jugador necesita sentirse con la confianza del entrenador para mostrar su mejor expresión en el campo, si no la siente no será capaz de desarrollar sus inicativas en el juego, de desplegar su creatividad, de arriesgar y de ser decisivo. A veces les decimos "confío en tí, pero es con la boca pequeña", porque mientras que acierta estamos con él y cuando se equivoca y comete algún error, lo cambiamos por otro. Es una confianza de pacotilla, no es sincera y el jugador se da cuenta, a partir de ese instante será él quién desconfiará del entrenador, la relación entrenador-jugador, entrará bajo sospecha y eso no ayudará nada al equipo.
7) No nos dejemos influenciar a la hora actuar y tomar decisiones
El entrenador no debe tener nunca miedo a tomar decisiones equivocadas, si cree en algo debe ser fiel a si mismo. Aunque no debemos ser demasiado rígidos y ser flexibles (no tenemos la llave y la razón en todo). Como máximos responsables que somos, debemos tener personalidad, que nadie tome las decisiones por nosotros. Si nos equivocamos, moriremos con nuestros principios y con nuestras ideas, en algunas ocasiones cambíamos nuestra forma de proceder por nuestra propia inseguridad o por quedar bien o satisfacer opiniones o rumores que nos llegan de alguien (directivo, prensa, familias, otros compañeros, etc). Si obramos así, estaremos echándonos piedras sobre nuestro porpio tejado y posiblemente cavando nuestra propia tumba.
Podriamos hablar largo y tendido de este artículo que acabo de escribir, posiblemente el título sea algo exagerado, tratar como pecados las actuaciones que tenemos como entrenadores quizá sea demasiado fuerte y llamativo, soy consciente de ello. Pero creo que no estoy diciendo nada que no haya sentido en mi trayectoria como entrenador en un momento u otro. Podría añadir mas cosas o quizás quitar otras, sin embargo esta es mi visión, por supuesto no hablo excátedra ni pretendo tener la panacea en exclusiva de todo lo que comento.
Me gustaria recibir opiniones y aportaciones de los que estéis leyendo referentes a este post, me interesa mucho conocerlas, espero vuestras respuestas.
A mi me critican por que hago que jueguen todos sin importar la calidad de cada uno.
ResponderEliminarMi objetivo es que todos se diviertan y aprendan a querer el basket
Te felicito... Que te chupe un hue... Las críticas.. Sigue así... 🏀💪 El s deporte es formativo.
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ResponderEliminar"Cuando la mayoría de los entrenadores comienzan su carrera como entrenador, usan un coach "mentor" o formador, que se convierte en modelo a imitar (replicar); a la persona y/o a su estilo de entrenamiento.
Esto perpetua los ejercicios y la metodología de entrenamiento de una generación a la siguiente".
Brian McCormick en su Libro "The 21st Century Basketball Practice: Modernizing the basketball practice to develop the global player".
Muchos coaches se jactan de formadores de jugadores y a la hora de la verdad no confian en sus productos... Se me hace incongruente y contradictorio...
ResponderEliminarMuy interesante y acertado en cada caso en especial ... Gracis por compartirlo
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