¿El retorno a las canchas de Jesús Lázaro?

No lo descarten. El actual director deportivo del Bball Córdoba sopesa la idea de ayudar al equipo dentro de la cancha, en lo que sería el capítulo final para una carrera extraordinaria y, seguramente, poco conocida para los paisanos de un base que salió del colegio Salesianos y que tiene en su expediente más de 400 partidos en ACB, dos títulos de Liga y otros dos de Copa del Rey con el TDK Manresa y el Unicaja de Málaga.

El periodista Paco Merino ha escrito el siguiente artículo al respecto, editado en su blog "El cuarto de las botas".

Jesús Lázaro y la pieza final de un sueño de baloncesto

(Jesús Lázaro se dirige a los jugadores durante la presentación del club en Vista Alegre)

Seguramente muchos de los aficionados al baloncesto en Córdoba desconozcan la identidad de uno de los hombres que mueven los hilos del Bball Córdoba, el club heredero de todos los equipos que han cincelado, a golpes de sufrimiento y quijotescas batallas, la historia de este deporte en nuestra ciudad. De hecho, me consta que son bastantes los que incluso dentro de la entidad no saben bien quién es ese tipo al que puedes ver en el vestuario, en la grada, en la cancha, contemplando un partido de alevines o departiendo con patrocinadores y medios de comunicación, siempre con una soltura impropia de alguien que no haya tenido contacto con la élite. Jesús Lázaro Corral (Córdoba, 1971) se comporta como un elemento polifacético, un hombre orquesta que toca todos los palos porque cuando el riesgo le reclama no siente miedo sino una llamada interior, entre la osadía y la responsabilidad, que le hace actuar. Ha asumido una tarea compleja, titánica, para algunos un imposible… Y no va a parar.

Llegó a este verano a un club que se está reinventando para pelear por llegar a la ACB, ese campeonato celestial en el que él mismo desarrolló su profesión durante más de tres lustros. A Lázaro, a quien veneran en Málaga, apenas le conocen en su tierra. Se fue siendo un chaval, después de despuntar en los equipos del colegio Salesianos, al Caja de Ronda para iniciar allí una vida profesional repleta de episodios fantásticos. Su hoja de servicios es impactante, con anotaciones del calibre de dos títulos de Liga ACB y otro par de Copas del Rey (con Unicaja y TDK Manresa), además de un subcampeonato de la Copa Korac con los malagueños.

(Jesús Lázaro con Berni Rodríguez celebrando un título)

En Málaga debutó con 17 años y en la ciudad de la Costa del Sol se retiró con 35. Mario Pesquera y Sergio Scariolo fueron allí su primer y su último entrenador. Casi nada. Dos seleccionadores nacionales. A Lázaro le ha dado tiempo a hacer campeón de España al Unicaja júnior desde el banquillo y también a paladear un ascenso a la ACB al lado de Luis Guil en el Murcia. Ahora es el director deportivo del Bball Córdoba, el club de la ciudad donde nació y en la que nunca pudo ejercer hasta ahora. Lo ha cogido con ganas. Falta hace, desde luego. Hay mucho trabajo de fondo, mucha labor de pico y pala, muchas ideas que plasmar y muchas ilusiones íntimas por cumplir. Lázaro se ha colocado las pilas y no para. Igual se pone el traje para cerrar las conversaciones con un patrocinador que se enfunda el chándal para intervenir activamente en un entrenamiento. Está dispuesto a todo. Hasta a jugar si hace falta. Y no es una manera de hablar. El base, que junto a Felipe Reyes es el jugador nacido en Córdoba con más partidos acumulados en la élite, anda sopesando la idea de protagonizar un hecho insólito. Se prepara para volver a la pista con el Bball Córdoba para disputar un partido de competición. ¿Una locura? No lo parece. Mantiene un físico envidiable, no le falta experiencia y, sobre todo, le sobra el deseo de colocar una pieza que falta en el puzzle de una carrera increíble en el baloncesto español.

Jugó en la ACB, la LEB, la EBA y la extinta Primera B, por lo que la Primera Nacional añadiría una categoría más a las que han contado con su presencia en la pista. Sin embargo, el reto responde más a una cuestión sentimental, de orgullo deportivo. Jesús Lázaro se marchó siendo casi un niño y ha vuelto a una ciudad en la que nunca pudo jugar como anfitrión. Los aficionados más veteranos le recuerdan un partido en 1992, en un año de cesión del Unicaja al Caja Cantabria, para enfrentarse al Cajasur en el viejo Polideportivo de la Juventud. Eran los prolegómenos de su acceso a la alta competición, de la que no se bajó durante mucho tiempo. ¿Un partido con el Bball? No lo descarten en absoluto. Además, sería contra el filial del Unicaja y en el Palacio de Deportes Vista Alegre. Les recomiendo que no se lo pierdan.

(Ártículo escrito escrito por Paco Merino y foto de Álvaro Carmona)

COMUNICADO BBALL CÓRDOBA